El personal de la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) del Hospital de Barbastro ha lanzado un comunicado y una recogida de firmas para mostrar su rechazo a los recortes de personal de enfermería en el turno de noche, previstos para octubre. Isabel Pesquer, enfermera de la UCI, ha compartido en La Mañana de COPE Alto Aragón la preocupación y el descontento de sus compañeros ante esta medida que, según los profesionales, pone en riesgo la calidad y la seguridad de la atención en una unidad tan crítica. «No podemos asumir el riesgo que supone estar solo dos enfermeras por la noche», afirma Pesquer-
Actualmente, la UCI de Barbastro cuenta con seis médicos, 16 enfermeros (lo que permite tener 3 por turno, día y noche) y nueve auxiliares de enfermería. Pesquer explica que los auxiliares ya sufrieron recortes hace un par de años. La dotación actual es considerada «la justa, la mínima» para ofrecer «cuidados de calidad y seguros». Como ejemplo, menciona que cuando se convoca una huelga en sanidad, todos los enfermeros de turno deben firmar para asegurar la presencia mínima, lo que demuestra la estrechez de la plantilla.
Señala, además, que desde la apertura de la UCI en 2010, se han intentado ajustes de personal en dos ocasiones (2014 y 2017), incluso reduciendo una cama de las seis disponibles. Ambas veces resultaron «un desastre» y se tuvo que reponer al personal. «Ya hay experiencia en lo que puede ser ese recorte», subraya Pesquer.
La Dirección de Enfermería del hospital comunicó el 12 de junio al personal de la UCI que, a partir del 15 de octubre, la plantilla de enfermeros se reduciría de 16 a 14. Esto implica que el turno de noche pasará de tener 3 enfermeros a solo 2. Aunque la medida se hará oficial en octubre, los ajustes ya se están implementando durante el verano, dejando puestos sin cubrir por vacaciones o festivos. De las dos personas afectadas, una será reubicada en otra planta, mientras que la otra «parece ser que sí se va a ir a la calle». Para el personal, esto es claramente un recorte, a pesar de que se catalogue como «reorganización».
El Gobierno de Aragón justifica el recorte alegando una menor ocupación de la UCI, porque la ocupación media de la UCI ha sido del 52% en 2024 y del 41% en el primer cuatrimestre de 2025. En todo caso, aseguran, si se necesitara un refuerzo puntual de Enfermería en la UCI, se realizaría. Rechazan que haya recorte porque «esta plaza de enfermería no se pierde, si no que se va a otra zona del mismo hospital donde es muy necesaria, a la Unidad de Hospitalización».
Sin embargo, Isabel Pesquer enfatiza que «aquí no caben los números». Para el personal de la UCI, la presencia de solo dos enfermeros es «insuficiente» en cualquier turno, independientemente del número de pacientes. El principal problema surge ante una «situación de urgencia vital o de gravedad», que no entiende de horarios. Muchas actuaciones médicas requieren la presencia de dos enfermeros junto con el médico y el auxiliar. Estas emergencias pueden prolongarse durante horas, dejando al resto de pacientes de la unidad «sin vigilancia». «Me da igual que sea uno que cinco», puntualiza Pesquer, porque son pacientes que, por su condición, «requieren una vigilancia» constante.
Un ejemplo claro es la intubación de un paciente con insuficiencia respiratoria, un procedimiento «el pan de cada día» en la UCI. Para ello, se necesita un médico, dos enfermeras y el auxiliar, además de tiempo para monitorizar y estabilizar al paciente. Si un equipo está dedicado a un paciente crítico, los demás quedan desatendidos. «Esa persona que está ya ingresada no tiene la culpa de que estemos atendiendo a otra persona que acaba de llegar», recalca.
Ante la falta de respuesta de la Dirección de Sanidad del Gobierno de Aragón, el personal de la UCI ha optado por movilizarse a través de las redes sociales y una recogida de firmas en Change.org. «Queremos, sobre todo, que la gente sepa lo que se está jugando, no una firma porque sí», explica Pesquer. La campaña incluye un video y una carta para concienciar sobre la «seguridad de los pacientes que podemos ser cualquier día cualquiera de nosotros o nuestros familiares».
La enfermera hace hincapié en que este recorte añade una presión insostenible a una labor ya de por sí estresante. «Así no se trabaja a gusto», afirma, defendiendo la importancia de su profesión y el deseo de ofrecer «cuidados de calidad, no como si estuviéramos trabajando en un hospital de Burundi». Para ellos, recortar el personal en la UCI es «retroceder» en la calidad de la atención.
Pesquer también aborda el tema de los ratios, mencionando que aunque Sanidad considera aceptable un ratio de 3 pacientes por enfermero, la recomendación en UCI es de 2. Sin embargo, la situación del Hospital de Barbastro es particular. «El hospital de Barbastro está muy castigado en el estamento médico a todos los niveles, faltan especialistas», lo que repercute en una menor actividad quirúrgica y, por ende, menos pacientes de UCI por intervenciones.
Además, el hospital carece de especialistas que sí existen en grandes centros, como radiólogos intervencionistas o endoscopistas de guardia. Procedimientos como la colocación de marcapasos, que en otros hospitales realizan técnicos, deben ser llevados a cabo por las enfermeras, requiriendo la presencia de dos.
Pesquer destaca un punto crítico: los pacientes que llegan a la UCI para ser estabilizados antes de un traslado a un hospital de mayor complejidad (un proceso que puede durar hasta 6 horas) no se contabilizan en las cifras de ocupación si no permanecen ingresados más de 24 horas. «Es como si no hubiéramos hecho nada. Hemos ayudado a salvar una vida, pero no hemos hecho numéricamente nada», lamenta. Esta situación distorsiona los datos oficiales de ocupación y, por ende, las decisiones sobre la dotación de personal.
El personal de la UCI de Barbastro espera que su voz sea escuchada y que se reconsideren los recortes, priorizando la seguridad y la calidad asistencial por encima de las cifras.