El sector del olivo del Somontano se enfrenta a una de las campañas más difíciles de su historia reciente. Las intensas tormentas de granizo y viento que descargaron en la madrugada del pasado sábado, 13 de septiembre, han dejado olivos despojados de su fruto y daños considerables en los árboles. El presidente de la Denominación de Origen detalló que, si bien la afectación no es total en toda la zona, hay áreas como Estadilla, Barbastro y Adahuesca que han sufrido el impacto directo, con una pérdida de cosecha estimada en un 80% en algunas fincas. La situación global de la comarca se traduce en una previsión de que, como mínimo, la mitad de la producción total se verá afectada.
En COPE Altoaragón, Domínguez ha confirmado que la virulencia del temporal ha sido «desconocida» en sus 25 años de experiencia en el sector. «En 25 campañas que llevamos, no habíamos visto nada parecido», afirmó, destacando que el granizo, sumado a las fuertes rachas de viento, ha tirado la aceituna cuando la cosecha estaba a solo un mes de comenzar.
La tormenta, que apenas duró media hora, fue suficiente para arrasar con la aceituna en árboles y dañar incluso a las resistentes carrascas. «Si se fijan en muchas carrascas, están peladas», señaló Domínguez, evidenciando la fuerza de la tormenta. Pero, más allá del fruto caído, Carlos Domínguez ha alertado sobre los perjuicios a largo plazo. «Ha dañado el árbol, pero eso lo iremos viendo un poco más adelante», afirmó, y agregó que la aceituna que ha quedado en los olivos también ha sido perjudicada.
Este fenómeno se suma a la tendencia de cambios meteorológicos que el sector ha notado en las últimas dos décadas, con cosechas que se han adelantado casi un mes en los últimos 25 años. «Es verdad que al final, pues bueno, afecta, pues nos afecta a las personas y lógicamente afecta también a los árboles. Esto no hay duda», concluyó.