Barbastro ha revivido un año más la Procesión de las Tres Caídas, organizada por la Hermandad del Santo Cristo de la Agonía y Nuestra Madre Dolorosa, y que este año ha cumplido una década en el calendario de la Semana Santa local. El cortejo partió a las 20:00 horas de la iglesia de los Padres Escolapios con el paso de Jesús de la Caída, recorriendo las estrechas calles del barrio del Entremuro camino de la Santa Iglesia Catedral
La sección de instrumentos de la cofradía, con tambores y cornetas, acompañó el desfile procesional durante todo el trayecto, mientras los cofrades penitentes portaban la imagen y numerosos fieles seguían sus pasos con recogimiento. A lo largo del recorrido se vivieron momentos de gran emoción, especialmente en la plaza de la Candelera, donde se congregó una multitud para contemplar uno de los momentos más emotivos de la noche.
Como es tradición en esta procesión, el silencio solo se rompió para el canto de las jotas que, a modo de oración, marcan cada una de las tres caídas de Cristo en su camino al Calvario
En cada una de las tres paradas los cofrades proclamaron un pasaje evangélico y una breve reflexión, seguidos de la entonación de una jota solemne, sello distintivo de esta procesión. Este año, como novedad, se incorporó una cuarta jota, interpretada durante la salida de la procesión desde el templo, que se suma a las tres tradicionales del recorrido central. Esta incorporación inédita realzó aún más la atmósfera espiritual del acto, muy arraigado ya entre los barbastrenses tras una década de celebración.
La Procesión de las Tres Caídas, instaurada en 2015, ha logrado consolidarse como una de las procesiones más sobrecogedoras de la Semana Santa barbastrense. Celebrada al caer la tarde del Domingo de Ramos, completa el significado litúrgico de esta jornada, que es a su vez anuncio de la Pasión de Cristo.
Barbastro, cuya Semana Santa está declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional desde 2016, ha vuelto a demostrar con esta multitudinaria procesión la profunda devoción y participación ciudadana que caracteriza sus tradiciones religiosas.