La Plataforma en Defensa del Hospital de Barbastro se prepara para un nuevo año de reivindicaciones. Nati Palacín, una de las portavoces de este colectivo, ha analizado los hitos logrados desde su creación en septiembre y los desafíos que quedan pendientes para 2026.
La plataforma surgió oficialmente a finales de septiembre con una concentración masiva a las puertas del hospital que, según Palacín, superó todas las expectativas. «Fue algo muy emocionante», recuerda, subrayando que el colectivo nació para canalizar un descontento ciudadano que se ha agravado en los últimos tiempos.
Uno de los pilares de la organización es su carácter estrictamente apolítico. «No sé de qué pie cojean mis compañeros ni a qué partido votan, y me da igual. El hospital atiende a todos por igual cuando entran por la puerta, y eso es lo que defendemos», afirma Palacín, enviando un mensaje claro a las formaciones políticas para que no utilicen el movimiento en su beneficio propio.
Durante el último trimestre de 2025, la plataforma ha mantenido una agenda de encuentros clave con la Dirección y Gerencia del Hospital, el Ayuntamiento de Barbastro, consejos de salud y comarcas, la Diputación Provincial de Huesca y el Gobierno de Aragón. El 17 de noviembre, la plataforma se reunió con el consejero de Sanidad, José Luis Bancalero, quien asumió el compromiso de trabajar en cuatro líneas: estabilización, incentivos, fidelización tecnológica y mejora de la comunicación.
Una de sus medidas, la relativa a la convocatoria de plazas de difícil cobertura con incentivos ligados a la permanencia en el puesto, ya se ha puesto en marcha y, a juicio de Palacín, habrá que darle tiempo para ver si es efectiva. «Cualquier nueva idea es bienvenida y esperaremos a ver si realmente funciona o no», apostilla.
De cara a 2026, la Plataforma no tiene intención de bajar la guardia. Entre sus próximos objetivos destaca el acercamiento a los profesionales de Atención Primaria, quienes sufren indirectamente el colapso del hospital. Palacín pone un ejemplo gráfico: «Una persona con dolor de rodilla que espera dos años para ver al traumatólogo acaba acudiendo cada quince días a su médico de cabecera, saturando la consulta y consumiendo medicación innecesaria».
Además, el colectivo planea iniciar una campaña para recoger testimonios directos de los usuarios. «Queremos dar voz a los pacientes, que nos cuenten sus historias y los problemas que han tenido. Es una forma de autoexaminarnos como profesionales y como servicio público», explica.
Al ser preguntada por sus expectativas para el próximo año, Palacín es tajante: «Me gustaría que la plataforma dejara de tener motivos para existir». Mientras ese escenario de plena estabilidad llega, el colectivo seguirá trabajando para que las plazas de «difícil cobertura» y los nuevos incentivos de permanencia de tres años propuestos por el Gobierno de Aragón den resultados tangibles.