Un apagón de gran magnitud interrumpió el suministro eléctrico en España el pasado lunes, generando incertidumbre y un intenso debate sobre las posibles causas. El incidente, que se produjo justo después de la grabación del programa «Green Radio» con expertos en energía de Green Grouping, ha puesto de manifiesto la vulnerabilidad de la red y ha suscitado interrogantes sobre su gestión y seguridad.
Según Joaquín Mora, experto de Green Grouping, la gravedad de la situación requiere un análisis exhaustivo antes de señalar culpables. «Las repercusiones a nivel de responsabilidades pueden ser severas», afirmó, anticipando que podrían pasar días o incluso semanas hasta conocerse la causa exacta del fallo.
Las especulaciones sobre el origen del apagón son diversas. Desde la alarmante posibilidad de un ciberataque a centrales nucleares, calificado como un «atentado en toda regla» por la presentadora del programa, hasta la explicación más extendida de un pico de tensión. Sin embargo, esta última teoría genera dudas, especialmente al ocurrir en un periodo de baja demanda energética, sin el uso masivo de aires acondicionados o calefacciones.
Manuel Burrell, también experto de Green Grouping, ofreció una perspectiva técnica sobre lo sucedido. Descartó que un exceso de generación renovable fuera la causa, recordando que se han gestionado picos mayores sin problemas. En cambio, apuntó a una posible «desconexión vía Francia» como detonante de una perturbación en la red.
«En cinco segundos se desconectaron 15 gigavatios», explicó Burrell, subrayando la rapidez y la magnitud del colapso. El experto detalló cómo una perturbación inicial podría haber provocado la desconexión automática de diversas centrales de generación – incluyendo las nucleares – como medida de autoprotección ante parámetros de red anómalos. Este efecto dominó, desencadenado por una alteración en la «calidad de la red», habría llevado al apagón generalizado.
La clave del misterio reside en el primer segundo de esos cinco críticos. Se ha mencionado una ligera caída en la frecuencia de la red, un parámetro fundamental para su estabilidad. En los hogares españoles, la red opera a 230 voltios y 50 hercios. Una mínima desviación de esta frecuencia, como una caída a 49,5 hercios, podría haber sido el desencadenante inicial de la cascada de desconexiones.
Las autoridades competentes ya han iniciado las investigaciones para esclarecer lo ocurrido y determinar las responsabilidades. La transparencia en este proceso se antoja crucial para restaurar la confianza en la seguridad y la robustez del sistema eléctrico español.