El obispo de la diócesis de Barbastro-Monzón, Monseñor Ángel Pérez, es el mantenedor de las Fiestas de Barbastro 2025, un rol que él mismo confiesa que le ha generado una mezcla de gratitud y admiración por el pueblo de Barbastro. Natural de Ejea de los Caballeros, don Ángel se siente «barbastrense de adopción» desde que el papa Francisco lo enviara a esta diócesis hace una década.
Durante una entrevista en COPE Alto Aragón, el obispo relató con asombro cómo se enteró de su nombramiento hace meses. «Cuando me enteré de los nombres de los anteriores mantenedores, se me puso un nudo en el estómago, como diciendo ‘guau, pues si estos son los grandes, yo qué pinto aquí entre todos ellos'».
Monseñor Pérez destacó que el cargo de mantenedor es fundamentalmente religioso, ya que la celebración es en honor al nacimiento de la Virgen, la Natividad de Nuestra Señora. Para él, la fiesta es una necesidad humana, un espacio para «relacionarnos, compartir, abrir el corazón», y sacar «lo mejor de nosotros mismos». «Toda fiesta es humana y divina», afirmó, argumentando que a través de ella se expresan los valores más sublimes.
En su intervención, el obispo describió la fiesta como un «anticipo del cielo», un concepto que, según explicó, está presente en las escrituras sagradas. «Cuando el autor sagrado habla del cielo, lo pone siempre con dos claves: o de un gran banquete o de una gran fiesta», una idea que se alinea perfectamente con el espíritu de las celebraciones.
Cuando se le preguntó cómo le gustaría que la gente recordara esta edición de las fiestas, Monseñor Pérez expresó un deseo sincero: «que la gente sea ella misma, porque si es ella misma sacará lo mejor de sí». El obispo se mostró contrario a las celebraciones «enlatadas» o «encorsetadas», y abogó por una fiesta que «nazca del corazón».
Al finalizar la entrevista, Monseñor Ángel Pérez reiteró su gratitud al pueblo de Barbastro y deseó unas felices fiestas a todos sus habitantes.
