«No te acostumbras al miedo»: la entrevista en la que Marta Jiménez nos enseñó a entender el salto base

Su apodo televisivo en 'El Hormiguero' escondía a una ingeniera química de formación que, aunque nunca ejerció, aplicaba un rigor casi científico a su pasión

A propósito de su fallecimiento, recuperamos la charla que Marta Jiménez, conocida como la «Mujer Adrenalina» concedió a María Añaños en COPE Alto Aragón. En ella, no solo habló de saltos, sino de una filosofía de vida donde el respeto, la preparación y la gestión de las emociones eran la clave para volar.

Su reciente fallecimiento ha teñido de luto las montañas que tanto amaba. Sin embargo, para recordar a Marta Jiménez, la «mujer adrenalina», quizás no haya mejor homenaje que volver a escuchar su voz serena y apasionada explicando qué sentía al borde del abismo. En una entrevista en COPE Alto Aragón, sobre una charla prevista en las Jornadas Montañeras de Barbastro, en noviembre del pasado año, Marta se reveló como una profesional metódica y profundamente enamorada de su hogar, el Pirineo.

«Vengo de Madrid, pero hace tres años nos mudamos aquí a la zona de Pirineos de Sobrarbe y estamos encantados, enamorados de esta zona», confesaba al inicio de la charla. Había elegido esas montañas para vivir y para volar. Era su lugar en el mundo, el escenario perfecto para una disciplina que ella misma definía como «paralpinismo»: ascender una cima como montañera y bajarla volando. Una forma, decía, «diferente de hacer montaña y de disfrutarla».

Cuando la periodista le preguntó por la mezcla de pánico y fascinación que el salto base provoca en el resto de los mortales, Marta se mostró comprensiva y humanizó la experiencia con una sinceridad sobrecogedora. «Es una situación tensa, está claro», admitía. «Ese miedo tan grande lo sentimos, aunque lo practiquemos, no te acostumbras mucho». En esa frase residía su gran lección: la adrenalina no era el fin, sino la consecuencia de enfrentarse a un miedo que nunca desaparece. La verdadera recompensa, explicaba, llegaba después: «Sobrevivir, por así decirlo, disfrutarlo y haberlo cumplido, es brutal. Es una sensación súper potente».

En su conversación con María Añaños, Marta también desmontó mitos. Su apodo televisivo en ‘El Hormiguero’ escondía a una ingeniera química de formación que, aunque nunca ejerció, aplicaba un rigor casi científico a su pasión. Detalló cómo grababa cada salto no solo por la belleza de las imágenes, sino por seguridad: «Todo lo que queda grabado, como pasa todo tan rápido, luego es más fácil de analizarlo… para aumentar la seguridad». Distinguía con claridad su empresa de saltos con cuerda para clientes, una actividad «cien por cien segura», de su práctica personal del salto base, que asumía como una actividad de riesgo gestionado.

Eligió conscientemente su camino, uno que la alejaba de cualquier oficina. «Estoy feliz con mi empresa, con mi montaña y no me veo en una oficina 8 horas al día. No, no, no podría, yo creo», sentenció con una risa convencida.

Escucharla hoy en aquella entrevista de COPE Alto Aragón es entender que cada salto era el acto final de un proceso de amor y respeto por la montaña. Un proceso que comenzaba eligiendo el Pirineo como hogar y culminaba en ese vuelo poderoso, siempre consciente de que el miedo era el mejor compañero para seguir viviendo con la máxima intensidad.

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