La lluvia desluce la inauguración del SoNna 2025

Una fuerte tormenta obligó a suspender el concierto inaugural de la sexta edición del Festival Sonidos en la Naturaleza

Una tormenta virulenta y con fuerte aparato eléctrico obligó a suspender ayer el recital conjunto de Idoipe y María Rodés, una producción del SoNna Huesca en colaboración con Fabra i Coats, Fábrica de creación del Ayuntamiento de Barcelona, cuando apenas habían transcurrido veinte minutos del concierto. El público aguantó lo que pudo y el equipo de producción del SoNna Huesca lo alargó también hasta donde fue razonable. Tras un breve corte, la segunda suspensión fue definitiva. Lo que cayó poco después demostró que la decisión no pudo ser más acertada.

Tuvo reflejos el aragonés Idoipe, que tras un par de temas propios y con las primeras gotas cayendo sobre la colegiata de Santa María y el espacio Vicente Baldellou de Alquézar, repleto de público, invitó a María Rodés a subirse al escenario, mucho antes de lo que estaba preparado. Juntos cantaron los dos temas que habían grabado para la ocasión, Monte Pertido y Tot del mon, y al menos el público pudo disfrutar de un digno entremés del menú preparado durante dos años de trabajo conjunto. A pesar de las ganas de los artistas y el público, continuar hubiera supuesto un riesgo innecesario.

Apoyado de recursos audiovisuales, el espectáculo Monte Perdido pretendía sumergir al público en un trance electrónico que cobraba una dimensión especial bajo la mole del castillo y colegiata de Alquézar. Dos renovadores del folklore se reunían para abordar, por ejemplo, la mitología de Las Encantarias, unas hadas legendarias especialmente conocidas en la Ribagorza, catalana y aragonesa.

A Idoipe le dio tiempo a explicar y repasar ligeramente su segundo álbum, Tañen furo,  la banda sonora creada por el artista para el documental que él mismo ha protagonizado, en el que ha recorrido el Pirineo aragonés recogiendo sus sonidos y fusionándolos con la electrónica. A María Rodés apenas le dio tiempo a nada. Más allá de cantar los dos singles creados para el espectáculo.

El sentimiento de frustración, sobre todo de los artistas, pero también del equipo de producción y del público, se compensaba con lo insólito de una suspensión en este festival. De los más de 150 conciertos celebrados en las cinco ediciones del SoNna Huesca, solo ha habido una suspensión (Clara Peya en 2024) y apenas dos conciertos han tenido que acortarse, el de la violinista Blanca Altable y el de ayer. Todo un afortunado récord en un festival al aire libre.

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